La diversidad es un valor, un valor positivo que ha existido siempre en nuestras aulas, pero que hasta día de hoy no hemos querido mirar, porque si concebimos lo que realmente ocurre en las aulas, si afirmamos la heterogeneidad del alumnado, si tomamos conciencia de ello; entonces, todo se complica. Nuestra práctica debe cambiar totalmente, se crea la necesidad de nuevas teorías, nuevas formas de educación, nuevos recursos... y todo se vuelve muy complejo. pienso que debemos concienciarnos de una vez, al menos los que empezamos en este mundillo, que no hay dos niños iguales, ni dos entornos iguales y que nos toca educarlos a todos, en igualdad de condiciones y que si realmente nos esforzamos por ello, lo que hoy nos parece utópico quizás dentro de varias décadas estará dentro del marco que vulgar e incorrectamente llamamos "normalidad".
Actualmente estamos poniendo los cimientos de lo que puede llegar a ser un gran edificio moderno, por tanto, pensemos en positivo, apoyémonos los uno a los otros y luchemos por una ideología todavía sin asentamiento. Va a ser seguramente un camino largo y difícil, lleno de disgustos y sin sabores, pero seguro que enriquecedor y con futuro.
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¡Tenéis toda la razón! Creo que la escuela, en muchos de sus planteamientos, parte de la base de que las aulas son homogéneas, y dirige a l@s alumn@ hacia una homogeneidad aún más marcada: y así es como perdemos muchas posibilidades, mucho potencial, y en lugar de enriquecernos con las diferencias nos limitamos con las semejanzas.
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